lunes, 3 de agosto de 2015

¿Por qué nuestros hijos no nos obedecen? 15 razones para entenderlo

Educar a los niños es la tarea más difícil que existe. Ayudar a una persona a crecer, a aprenderlo todo, enseñarle lo que está bien y lo que está mal, ponerle límites y enseñarle a cumplirlos...todo esto es un trabajo que ocupa los 365 días al año y para el que se necesita mucha paciencia y mano izquierda ya que los niños no vienen con manual de instrucciones.  


Muchos de esos días nuestros hijos se nos ponen en plan rebelde y no hacen lo que nosotros queremos, se portan mal, hacen aquello que les hemos prohibido… y esto nos lleva a pensar ¿Por qué? ¿Me está vacilando? ¿Me quiere dejar mal? ¿No me respeta? ¿Por qué me tengo que pelear con él cada vez que quiero que haga algo?

A continuación se exponen 15 razones por las que nuestros hijos no hacen lo que se les dice o hacen lo prohibido. Y con estas razones os propongo a todos los padres un ejercicio muy sencillo. De las 15, seleccionar aquellas que como padre/madre y adulto también habéis utilizado como excusa en alguna ocasión, que penséis en que situación y cuál era la finalidad para haberlo hecho.

15 RAZONES POR LAS QUE NUESTROS HIJOS NO HACEN LO QUE SE LES DICE

RAZONES POR LAS QUE LOS NIÑOS NO HACEN LO QUE SE LES DICE O HACEN LO PROHIBIDO

¿La he utilizado yo     alguna vez?

¿En qué situación y para qué?
No le gusta lo que hay que hacer


Tener que dejar otra actividad que resulta más agradable


Por curiosidad, por experimentar (hacer lo que nos han prohibido)


Todavía no ha adquirido esa habilidad “No sé”


Pereza, gandulería


Lleva un gran esfuerzo y pocos beneficios lo que se le pide.


Cansancio


Pensar que no  le corresponde y que lo ha de hacer otro. Eludir la responsabilidad.


Argumentar que uno es así y que no va a cambiar.


No corre prisa, se puede hacer más tarde y no ahora.


Aburrimiento, monotonía.


Justificarse diciendo que  tiene que hacer otras cosas también importantes  


Todos mis amigos lo hacen así


Yo lo hice ayer, ahora que lo haga otro.



Con este ejercicio trato de que nos demos cuenta de que las personas, tanto los niños como los adultos, buscamos excusas constantemente para no realizar alguna de las tareas que nos resultan molestas y en nuestros hijos pueden ser desde los deberes hasta las tareas de casa.
Pero es que nosotros utilizamos estas excusas muchas veces cuando somos adultos, para alargar el tiempo del almuerzo en el trabajo, para no ir a trabajar o entrar más tarde, para no bajar la basura, no hacer la cena… y cuando decidimos NO utilizar estas excusas lo hemos hecho por varias razones:


-         Madurez            
-         Obligación
-         Compromiso
-         Valores
-         Responsabilidad
-         Evitar consecuencias negativas
-         Porque no íbamos a obtener ningún beneficio


Y la mayoría de estas razones no las hemos aprendido de un día para otro, si no que nuestros padres y la edad en primera instancia, y las consecuencias en segundo lugar, nos han hecho aprender cuales son nuestras responsabilidades, tarea que ha durado desde que nacimos hasta incluso después de la adolescencia.
Por lo que las conductas de los niños de no obedecer son naturales, evolutivas y lógicas y que la tarea de los padres es enseñarles a adquirir esa madurez y responsabilidad con los años.
Esto que parece una justificación no es tal, puesto que justificar el comportamiento de nuestros hijos no les enseña nada. Cuando cometen errores les tenemos que corregir y tienen que experimentar cuales son las consecuencias de esos errores, pero nunca está de más comprenderlos y recordar que:


“La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces”

Tampoco olvidemos que somos el modelo a seguir de nuestros hijos y que si queremos que aprendan determinados valores, es muy importante que seamos coherentes con ellos. 


Y por supuesto, nunca olvidemos pasar tiempo con nuestros hijos, tiempo donde disfrutemos con ellos, donde nos riamos y juguemos con ellos, porque en ese tiempo también están aprendiendo. :) 

Bibliografía: "Claves para la educación de los/las niños-niñas" González, F. 

miércoles, 24 de junio de 2015

Una nueva aventura de Una psicóloga sin diván :)

Hola a todos!! 15 días de parón en el blog...ufff! jajaja Han sido por una buena razón pero no porque me haya ido de vacaciones, jejeje. Una psicóloga sin diván sigue ahora más activa que nunca pero con despacho propio!!! 

A partir de ahora podéis encontrarme en la Clínica Lorena Ribes en Castelló de Rugat (Valencia) dónde ofreceré asesoramiento psicológico en tratamientos nutricionales y también en todo tipo de problemas emocionales. 

Además de a mi, en la Clínica Lorena Ribes podéis encontrar una nutricionista y un podólogo. 

El post de hoy será más visual que de costumbre, pues os voy a dejar fotos de la clínica y de los servicios que ofrecemos. 

 
Las instalaciones de la clínica son completamente nuevas, en ella encontraréis un entorno acogedor con profesionales de calidad a vuestro servicio. 

Este es mi despacho!! 


Lorena, dietista-nutricionista de la clínica.


Roberto, el podólogo. 

Recepción

Sala de espera



Además informaros de que dentro de la actividad de la clínica voy a ofrecer charlas y talleres relacionados con la psicología, empezando este viernes con una charla: 

Conoce cómo puede ayudarte un psicólogo.

Si estas interesado en asistir, ponte en contacto conmigo a través del blog, del facebook: 
https://www.facebook.com/home.php

O en el teléfono: 644240384

Además podéis encontrarme también en Gandía. 

viernes, 5 de junio de 2015

¿Ir al psicólogo para dejar de fumar?

Cada diez segundos, una persona muere en el mundo como consecuencia del consumo de tabaco.

Una gota de nicotina pura en la cavidad bucal de un gato lo mata en un minuto.

Después de estas frases igual hay personas que dejan de leer este artículo: “ya está esta con la cantinela de siempre, fumar es malo, y ¿qué?”.  Al parecer todos sabemos que fumar es malo, nos lo han dicho, nos lo repiten, hacen campañas super explícitas para sensibilizar, suben el precio del tabaco… pero sigue habiendo gente que fuma y que no quiere dejarlo. ¿Por qué?

El tabaco es una adicción y por esta razón nuestro cuerpo nos dice necesitarlo haciéndonos obviar que hay más de 50.000 estudios científicos  que lo relacionan con enfermedades muy grabes cómo el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Además como adicción su consumo va en aumento, haciendo que el fumador dependa cada vez más de la sustancia, cuando nuestro organismo tiene una falta de la sustancia nos pide más y por eso no queremos dejarlo o cuando queremos dejarlo no podemos.


La conducta de fumar se mantiene debido a factores biológicos, psicológicos y sociales.


Factores biológicos
Síndrome de abstinencia provocado por la nicotina:
  •  Deseo de fumar 
  • Irritabilidad, frustración o ira 
  • Ansiedad 
  • Dificultades para concentrarse 
  • Intranquilidad 
  • Descenso del ritmo cardíaco 
  • Incremento del apetito o aumento de peso


Factores psicológicos
Refuerzo positivo:
  • Placer que provoca la ingestión de nicotina 
  • Asociación del fumar a situaciones agradables: fumar después de comer

Refuerzo negativo:
  •   Evitar la presencia del síndrome de abstinencia


Factores sociales
Se fuma en determinados ambientes y en ciertas situaciones
Presión social

Cuando alguien se plantea dejar de fumar suele hacerlo por motivos de salud: cuando nos llevamos un “susto” reaccionamos y tomamos la decisión de dejarlo completamente. También por motivos económicos: el tabaco es caro y además va a seguir subiendo. De esta forma la persona que fuma un paquete de tabaco al día se gasta una media de 1600€ al año. También por motivos estéticos, los fumadores huelen mal, tienen los dientes, los dedos y la cara amarillentos; además el fumar atrofia el sentido del gusto y del olfato y lo último pero no menos importante quieren dejar de estar controlados por una sustancia: la persona no es libre de elegir cuando quiere fumar y cuando no por mucho que queramos creer lo contrario: aunque en el cine puedas estar 3h sin fumar, cuando salgas tendrás la necesidad de hacerlo. Así que no se pierde un placer, se deja una adicción que te puede costar la vida.

Mucha gente piensa que para dejar de fumar se tiene que hacer de un día para otro: tomar la decisión consciente de que se va a dejar de fumar, tener un “click” interno que nos dice que esto no es bueno para nosotros, que no nos gusta, que no nos hace bien, que es demasiado caro… y es así. Muchas veces la mejor forma de dejar de fumar es tener la determinación clara y fuerte de que ya no vamos a fumar más.
Pero muchas veces también cuando se toma esta decisión y al cabo de cierto tiempo se recae. Esto se suele atribuir a la fuerza de voluntad y al grado de autocontrol de la persona pero realmente lo que nos pasa es que tenemos una conducta instaurada en nuestro comportamiento que puede no ser tan fácil de quitar y además la nicotina está poniendo en marcha el síndrome de abstinencia en nuestro cuerpo, algo que lo pone todavía más difícil y que nos hace no querer evitar sentir estas sensaciones tan desagradables y volver a coger el cigarrillo.


¿Por qué acudir al psicólogo para dejar de fumar?

Tras años de investigaciones sobre la conducta de fumar se han desarrollado distintas terapias psicológicas para abandonarla. Un tratamiento basado en la orientación cognitivo-conductual te puede ayudar a dejar de fumar sin sufrir el síndrome de abstinencia puesto que irás reduciendo de forma gradual la cantidad de nicotina que ingieres y además con la ayuda de un profesional te podrás enfrentar a los problemas que dejar esta adicción te puede ocasionar.

Pero el primer paso tienes que darlo tú, tienes que convencerte de que fumar es una adicción que te está perjudicando y saber que dejar de fumar no es tan difícil cómo muchas veces nos lo hacen creer, muchísimas personas han conseguido dejar de fumar. Por muy enganchado que estés, dejar de fumar es posible, si lo intentas te darás cuenta de que cuesta menos de lo que parece y tu salud te lo agradecerá.  

¡Decídete a cambiar de vida! 

viernes, 22 de mayo de 2015

Exterior vs Interior: La importancia de lo que tenemos dentro.

Que levante la mano aquel que se haya enamorado de un físico, que sea amigo de alguien porque es guap@, que decida con que persona vale la pena estar por cómo es por fuera. Yo creo que nadie.

No hace falta reflexionar mucho para darnos cuenta de que las personas que tenemos a nuestro alrededor son muy bellas para nosotros, pero por dentro y cuanto más bellas nos parecen por dentro, mejor y más bonitas las vemos por fuera.

Elegimos a las personas que queremos tener cerca por su forma de ser, por sus características de personalidad y sobre todo por cómo nos hacen sentir cuando estamos con ellas. Queremos estar con personas que nos hacen sentir bien.
Elegimos a nuestra pareja porque de repente se nos cruza por la mente: “¡Quiero estar con esta persona, él/ ella es para mí, es especial y me hace sentir bien!”  Y cuando evocamos los primeros encuentros, las primeras veces que nos fijamos en ella, recordamos la forma en que nos miraba, no sus ojos, su sonrisa, no sus dientes o la forma de su boca, recordamos lo que sentimos cuando nos abrazamos por primera vez, no la forma de su cuerpo y recordamos cómo nos hizo sentir y lo a gusto y bien que estuvimos con ella. Son todo recuerdos sobre emociones, sentimientos…no percepciones físicas. Es posible que no recordemos como iba vestida, ni el día que pasó aquello, que se nos olvide el orden de los acontecimientos, pero nunca se nos olvidarán las emociones que esa persona provocó en nosotros.

Todo esto lo sabemos, solo hace falta pararse a pensar un poco. Sin embargo, vivimos preocupados por estar delgados, por estar fuertes, por estar morenos, por llevar el pelo arreglado, vestir a la moda… y ojo, cuidarse esta bien, demuestra que nos queremos y que nos gusta vernos y sentirnos bien con nosotros mismos. Pero cómo siempre digo, los extremos no son buenos. Tenemos que preguntarnos hasta que punto nos preocupan estos temas y si somos capaces de dejarlos a un lado y centrarnos en lo realmente importante. 

Tenemos que ser capaces de mirarnos objetivamente, gustarnos y querernos tal cómo somos. De darnos cuenta de que valemos la pena y de que hay muchas cosas buenas en nosotros. De que no somos perfectos, nadie lo es, pero intentamos ser mejores personas cada día y cuidar a las personas que nos quieren. Para poder querer a los demás primero nos tenemos que querer a nosotros mismos, nunca me cansaré de decirlo.

Con la reflexión de hoy os dejo el video de Dulcinea que el miércoles publicó El Hormiguero. Por que todo el mundo tiene complejos, TODOS! pero esos complejos no tienen que hacer que nos escondamos.



Recibiremos críticas, no le vamos a gustar a todo el mundo, ahí esta la gracia del ser humano: no hay dos personas iguales. Pero esas diferencias son las que nos hacen especiales y las que hacen que la gente que nos rodea nos quiera.  

Feliz Viernes :) 

viernes, 15 de mayo de 2015

El lado oscuro

La vida no es fácil.  Intentamos conseguir nuestros objetivos, queremos ser felices, queremos llegar a conseguir grandes cosas o simplemente queremos conseguir un trabajo, una casa, una pareja… pero nadie dijo que la vida fuera justa y muchas veces nos encontramos con dificultades que nos hacen sentirnos tristes y que nos desmotivan.


Cuando esto nos pasa, puede llegar un momento en que tengamos ganas de llorar, que la tristeza nos inunde o que nos enfademos o sintamos ansiedad. Además nuestro cuerpo acompaña estos sentimientos: nos sentimos cansados, perdemos el apetito, tenemos problemas para dormir, notamos una presión en el pecho…  Y por supuesto nuestros pensamientos se tiñen de gris que hace que todo nuestro alrededor lo veamos como negativo, que nos desvaloricemos, que veamos el mundo como un lugar hostil que no nos deja vivir y el futuro como un callejón sin salida.

En este momento entramos en una inercia que nos domina: no tenemos ganas de hacer nada y nuestras actividades se reducen. Dejamos de salir, de hacer las cosas que nos gustan porque nos sentimos mal y ya no las disfrutamos. Dejamos de ver a nuestros amigos, no queremos estar con nadie, nadie nos entiende, así que ¿para qué? Esto se va extendiendo e incluso puede llegar un momento en que dejemos de lado nuestras obligaciones: el trabajo, los hijos… I esta inercia se va extendiendo a toda nuestra vida y no sabemos cómo salir de ahí.


Cuando  te sientes así  es muy probable que estés sufriendo una depresión. Este trastorno es una de los problemas emocionales más comunes. El riesgo a lo largo de la vida de sufrir una depresión es de un 10% para los hombres y de casi un 25% para las mujeres.
La depresión entra en la vida de una persona invadiendo todas las áreas de su vida y es una de los trastornos que más sufrimiento provoca tanto a la persona que tiene depresión como a quienes conviven con ella.

(Vídeo donde se explica de forma muy clara y fácil de entender cómo es una depresión)

Para este trastorno, muchas veces los médicos y psiquiatras recetan medicación, pero actualmente se ha visto que no hay ninguna evidencia de que esta sea más efectiva que los tratamientos psicológicos.
Así que si sufres estos síntomas o tienes a alguien cerca con estas características, acude a un psicólogo.

¿Cómo superar la tristeza?

Estar tristes no significa que tengamos que padecer una depresión. La tristeza es una emoción básicia de los seres humanos y es normal sentirla y además como todas las emociones no es permanente. Pero si quieres aumentar tu estado de ánimo ten en cuenta:   Existe una relación directa entre el número de actividades agradables que realizamos y la calidad de nuestro estado de ánimo. Esto es tan evidente como para notar los efectos día a día, solo tenemos que  pensar ¿Cuándo estamos más contentos durante la semana? Los fines de semana. Cuando dedicamos tiempo a hacer deporte, estar con los amigos, leer, el cine, salir…todo esto provoca que nuestro estado de ánimo sea alto. Por esta razón es importantísimo que cuando estemos más tristes no dejemos de hacer las actividades que nos gustan, aunque pensemos que no las vamos a disfrutar o  no las disfrutemos como antes. No tenemos que parar de hacer lo que nos gusta. Esta sería la ecuación:

- actividades agradables = estado de ánimo más bajo
+ actividades agradables = estado de ánimo más alto

Tan fácil  y simple como eso. Así que si quieres ser más feliz y sentirme mejor con tu vida rodéate de la gente que te quiere y encuentra actividades que te gusten, no hace falta que sean cosas grandes o caras: pasear al perro, ir un rato a la playa o quedar con los amigos y reírse un buen rato son las mejorares inyecciones de buen humor y felicidad.

¡Feliz Viernes!


viernes, 8 de mayo de 2015

S.O.S: Tengo problemas con mi pareja.

Las relaciones de pareja son para muchos un gran quebradero de cabeza y aunque todavía son pocas, muchas parejas deciden solucionarlos acudiendo a la consulta de un psicólogo. Pero ¿Qué es lo que más nos encontramos los terapeutas en consulta? Y sobretodo ¿Qué se puede hacer para resolverlo? En el post de hoy os hablo de cuales son los pilares básicos de una relación, cuales son los problemas más tratados en terapia y algunos consejos para reforzar los cimientos de la pareja.

Las parejas estables se caracterizan por poseer cuatro pilares básicos:
  •  Buena comunicación
  • Muchas cosas positivas compartidas
  • Tener un buen sistema para solucionar conflictos
  •  Negociar poco y de forma sana


Aunque puede haber otro tipo de problemas, cuando falla alguno de estos pilares las relaciones se ven debilitas y a consecuencia de esto pueden surgir otras complicaciones que empeoren aun más la relación.
Teniendo esto claro, los problemas que más nos llegan a terapia suelen estar relacionados con estos pilares básicos. Aquí tenéis cuales son y algunos consejos para solucionarlos y mejorar la relación.

Falta de momentos positivos entre la pareja. El día a día nos lleva muchas veces a que descuidemos nuestra pareja y nos olvidemos de la importancia que tiene que fomentemos las cosas positivas con ella. El estrés del trabajo, los hijos, la rutina, los problemas económicos…todo esto muchas veces se pone por encima de nuestra pareja y esto es lo que muchas veces hace que no recordemos porque nos enamoramos, porque decidimos estar con esa persona que en un momento llegó a ser tan especial para nosotros. Es fundamental procurar tener un espacio para la pareja y recordar porque nos enamoramos  pero también crear nuevos momentos especiales, desde tener una charla antes de acostarse o quedar para comer y preguntarnos como ha ido el día hasta reservar un fin de semana para poder disfrutar de la intimidad. Los momentos positivos son la razón esencial que nos llevan a querer seguir con esa persona, por eso hay que crearlos.

Problemas de comunicación. Muchas veces el problema  radica en la forma que tenemos de hablar con nuestra pareja. Tenemos que ser capaces de expresar todas las cosas que nos gustan de la otra persona, pero también tenemos que hablar de lo negativo, de forma respetuosa y siempre escuchando a la nuestra pareja. Muchas veces el problema principal está en que no escuchamos a nuestra pareja de forma consciente porque pensamos que es lo de siempre y pasamos a discutir y a enfadarnos pero sin intentar entender lo que nos está diciendo nuestra pareja, no tenemos que estar de acuerdo con lo que nos dice pero sí asegurarnos de que entendemos  el mensaje que nos está transmitiendo: primero ponernos en su lugar y entender y luego responder dando nuestro punto de vista.


No saber solucionar los conflictos. Cuando hay un problema en la pareja ya sea en la relación o fuera de la relación (económico, hijos, trabajo) es muy importante saber resolverlos  y tomar decisiones de forma consensuada. Esto se puede mejorar en terapia muy fácilmente aprendiendo técnicas de resolución de conflictos y toma de decisiones, pero aquí entra de nuevo la buena comunicación entre la pareja, puesto que si hay que tomar decisiones importantes hay que sentarse a hablar y decidir entre los dos. Esto hay que reservarlo para estos casos, para el día a día hay que repartir los roles de funcionamiento y asumir que si la otra persona toma una decisión en un momento dado habrá que apoyarla (esto se puede ver mucho con las decisiones que se toman con los hijos, si uno de los dos ha tomado una decisión es importante que la apoyemos y si no estamos de acuerdo decidamos cambiarla pero entre los dos, no desacreditando a la otra persona).

Intentar conseguir cosas de nuestra pareja de forma deshonesta. Muchas veces queremos que nuestra pareja haga cosas que no le gustan y aunque a veces es necesario (ir a esa cena dónde no le apetece estar, encargarse de tareas del hogar más pesadas, acompañarnos a ese sitio que aborrece...) esto es un problema porque se puede convertir en un arma de chantaje y puede provocar peleas y discusiones donde se echan cosas en cara. Por esta razón la negociación en la pareja tiene que darse lo menos posible, es mucho más preferible que cuando se hace una cosa por la otra persona no haya una deuda que pagar al respecto, no decir “si voy a esa cena después me libro de hacer X cosa”. Aunque muchas veces estas negociaciones son inevitables (cuando hay que ir a ver a la suegra, hay que ir y aunque queremos mucho a nuestra pareja no nos gusta hacerlo). Negociar lo justo no es malo, pero siempre dentro de unas condiciones:
-          Tiene que ser un pacto entre los dos miembros de la pareja,
-          Los dos tienen que estar de acuerdo y hablarse antes

No vale decirle a la otra persona que quieres que haga algo porque fuiste tú el que no se quejó cuando te toco ir a esa cena que no quería. Hacer esto es chantaje a nuestra pareja y genera muchos resentimientos y pensamientos negativos en la otra persona.

Lo que hace que una pareja funcione no es el enamoramiento, es crear una relación sólida con otra persona con la que puedes hablar, confiar y apoyarte en los momentos difíciles y sobretodo con la que puedes disfrutar de buenos momentos y tener más áreas de compatibilidad que puntos de vista enfrentados. Cuando una pareja se respeta, se escucha y cuida su relación tenemos mucho ganado y las dos personas que la forman serán felices dentro de la relación, cuando estos puntos básicos flaquean es cuando surgen los pensamientos negativos, los celos y otros muchos problemas que debilitan la relación haciendo que la pareja se distancie e incluso se rompa.

Por último recomendaros un libro sobre las relaciones de pareja:

“Con el amor no basta”  de Aaron Beck.

Feliz Viernes J